En invierno, las condiciones climáticas son más duras en general. Lluvia, granizo, frio, nieve, provocan que tengamos que extremar las precauciones y nuestro coche esté en disposición de responder ante cualquier imprevisto. Aquí tienes nuestros consejos invernales para tu vehículo:
Neumáticos
En invierno aumenta considerablemente el riesgo de accidente derivado de las condiciones meteorológicas, para prevenirlo es fundamental revisar la profundidad del dibujo del neumático que no debe ser inferior a 1,6 mm. La superficie del neumático debe estar exenta de golpes, desgastes anormales, cortes, etc.
La presión del neumático también influye en la seguridad en la conducción. Asegúrese de que la presión es la correcta. Una presión inferior a la normal cierra los surcos del dibujo del neumático reduce la evacuación de agua y aumenta la posibilidad de aquaplaning además de degradarlo prematuramente.
Los frenos
Especialmente en invierno se hace imprescindible revisar los frenos de su vehículo poniendo especial atención al estados de las pastillas y discos, a la estanqueidad de los conductos, bomba, latiguillos y bombines, al nivel del líquido de frenos y al estado de deterioro del mismo como consecuencia de su envejecimiento.
Dirección
La dirección es un mecanismo de precisión y sumamente importante para la seguridad de los ocupantes, en tales circunstancias es esencial que funcione perfectamente, sin holguras ni otros defectos mecánicos provocados por desgaste o fatiga de materiales, se hace por tanto fundamental revisar el estado de rótulas, bieletas, silenblocks, así como una correcta alineación.
La gran mayoría de los sistemas de dirección actuales cuentan con asistencias hidráulicas, por lo que suelen entrar en escena líquidos y poleas que también requieren atención.
Amortiguadores
Una de las funciones de los amortiguadores es mantener los neumáticos en continuo contacto con el pavimento. Unos amortiguadores en mal estado afectan negativamente en la distancia de frenada, aumentándola, y en la direccionabilidad y estabilidad del vehículo.
Para la mayoría de conductores resulta muy difícil detectar a simple vista el deterioro de los amortiguadores, por ello le recomendamos una revisión profesional cada 20.000 km.
Batería
En invierno, con bajas temperaturas, la batería pierde rendimiento debido al descenso de la conductividad de su electrolito, como consecuencia, una batería que no se encuentre en perfecto estado puede tener problemas a la hora de arrancar el motor.
Para prevenir esto, han de protegerse sus bornes para garantizar un perfecto contacto, revisar el nivel del electrolito y comprobar el estado del circuito de carga.
La iluminación
Para garantizar una correcta visibilidad es imperativo disponer de los sistemas de alumbrado y señalización en perfecto estado.
Un reglaje de faros defectuoso puede reducir el área iluminada con el consiguiente riesgo y fatiga que ello supone o bien puede deslumbrar a los vehículos que viene de frente.
Para aumentar nuestra visibilidad y mostrarnos mejor al resto de conductores en caso de niebla, lluvia o nieve intensa es imperativo tener en perfecto estado las luces antiniebla, tanto las traseras como las delanteras.
Los limpiaparabrisas
El sistema limpiaparabrisas toma especial relevancia en invierno dada la importancia de la visibilidad de condiciones climatológicas adversas. Unas escobillas en mal estado dejan una estela sobre los cristales que dificultan la visibilidad en conducción nocturna y a contraluz.
Si se forma hielo sobre el parabrisas y se accionan las escobillas estás se degradarán rápidamente, para evitarlo, manténgalas levantadas y accione el sistema de lavado del parabrisas. Evite que el líquido del parabrisas sea únicamente agua pues puede congelarse a bajas temperaturas, para evitarlo, añada detergente especial para cristales.
Para aumentar nuestra visibilidad y mostrarnos mejor al resto de conductores en caso de niebla, lluvia o nieve intensa es imperativo tener en perfecto estado las luces antiniebla, tanto las traseras como las delanteras.
Anticongelante
El anticongelante pierde una buena parte de sus propiedades con el paso del tiempo.
Un anticongelante en mal estado puede, en caso de descensos importantes de temperatura, llegar a congelarse. Si esto ocurre puede llegar a romper manguitos, radiador, conductos de calefacción, o incluso elementos del motor tales como fisuras en culata, bloque, etc. Para evitarlo basta con sustituir el liquido anticongelante según los periodos marcados por el fabricante.